Nuestra bacteria interior

En general, los humanos pensamos que pertenecemos a una especie (Homo sapiens) y que por tanto, nuestro cuerpo está formado exclusivamente por células humanas. Ocurre que esta idea, sin ser totalmente falsa, tampoco es totalmente cierta.

En realidad, sería mejor que nos visualizásemos como un pequeño ecosistema andante, ya que los microorganismos son habitantes inevitables en nuestro intestino, boca, piel, estómago y (si aplica) vagina. Desde el punto de vista numérico, alrededor del 90% de las células que acarreamos son bacterias; las células humanas están en franca minoría en nuestro organismo.

Lo más importante, es que nuestros microbios no son un mero accidente, ni un resultado indeseable de la falta de higiene. Son parte de nosotros. Y tratar de librarnos de ellos no sólo es imposible sino también una mala idea.

La vieja idea «nosotros somos buenos y ellos malos» nos ha llevado a pelear contra las bacterias (con éxito variable) usando antibióticos, vacunas, jabón y todo tipo de desinfectantes. De nuevo, no digo que la idea no tenga una buena parte de razón, aunque me temo que la hemos llevado demasiado lejos. Pero permítanme que desarrolle este tema con algunos datos.

En la última década han surgido nuevas y poderosas técnicas para estudiar la diversidad microbiana. Así se ha visto que el número de especies bacterianas que llevamos encima es muy superior al que se pensaba. En nuestro sistema digestivo se han encontrado 395 tipos de bacteria (dos tercios de los cuales eran totalmente desconocidos). En conjunto, estos microorganismos aportan una ingente información genética. Los productos de estos genes parecen tener un papel fundamental en los procesos digestivos, ya que nos ayudan a romper las moléculas d elos alimentos, a asimilarlos y nos aportan vitaminas.

El tipo de bacterias que albergamos tiene consecuencias sobre la salud. Por ejemplo, la tendencia a la obesidad está relacionada con el tipo de bacterias intestinales (más info). Asímismo,  el grupo de Jeffrey Gordon ha encontrado que ratones «axénicos» (desprovistos de microorganismos) mejoran en su desarrollo cuando se les proporciona bacterias.

Por otra parte, el sistema inmunológico necesita interaccionar con los microorganismos para su correcto funcionamiento. Un exceso de higiene se ha relacionado con el aumento de las enfermedades alérgicas en las ultimas décadas. Análogamente, se ha visto que una bacteria abundante en el intestino, Faecalibacterium prausnitzii tiene actividad anti-inflamatoria y parece proteger frente a la enfermedad de Crohn.

Tal vez el caso más dramático es el de Helicobacter pylorii. En los años ochenta se descubrió que este microorganismo era el agente causal de las úlceras pécticas y de muchos casos de cáncer de estómago, pero recientemente se ha descubierto que su total ausencia del estómago también tiene efectos negativos bastante serios (más info). De modo que su estatus ha pasado de villano al un viejo amigo con un lado oscuro.

Al conjunto de microorganismos que habitan en nuetro cuerpo se conoce como microbioma, un concepto inexistente hace 10 años, pero que hoy es objeto de muchísima investigación. Es seguro que el microbioma juega un papel fundamental en la salud y enfermedad de los humanos. Tal vez en una fecha no demasiado lejana seamos capaces de modificarlo en nuestro beneficio y en vez de tratar de evitar a las bacterias a toda costa, intentemos interaccionar con microbios que no nos hagan daño.

Para eso todavía tendremos que aprender unas cuantas cosas de nuestra bacteria interior.

9 respuestas a “Nuestra bacteria interior”

  1. Muy interesante. Es genial cuestionar las fronteras del yo. El 90% de la masa que acarreamos y que participa en los procesos que llamamos nuestros, no somos «nosotros»… o quizá sí? Felices Fiestas.

    Javier

  2. Quizá no lo entiendo bien, la frase del post «alrededor del 90% de las células que acarreamos son bacterias; las células humanas están en franca minoría en nuestro organismo.» la he entendido como que si considero todas las células que llevan un ADN que pone Javi y todas las de los bichejos varios que se han subido, están a un 10%/90% en número. Después en tu respuesta creo entender que en masa sólo aportan un 1% de masa. No acabo de ver cómo cien veces más células aportan nueve veces menos masa. Si me lo puedes aclarar, muy agradecido. Saludos

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