Nacidos para la fiesta

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Es evidente que hay personas tremendamente sociales y otras que no lo son tanto. Entendámonos, todos los humanos somos bastante sociales comparados con las especies realmente solitarias. Este hecho en sí mismo clama por una explicación biológica. Los únicos humanos que podríamos considerar verdaderamente no-sociales serían los autistas y el autismo está considerado (con lógica) una enfermedad y no simplemente un tipo de personalidad “diferente”. No debería extrañarnos que el autismo tenga una importante base genética, como demuestran los estudios con gemelos idénticos.

Pero dentro de las “personas normales” existe una gran variabilidad individual en este carácter. De nuevo, la sospecha de que los genes tienen algo que ver está justificada. Más difícil es pasar de la sospecha a la demostración. Sin embargo, Nicholas Christakis, de la Harvard Medical School, y sus colaboradores han dado un paso importante en este sentido a juzgar por el artículo recientemente publicado en la prestigiosa revista PNAS.

Muy sucintamente, lo que hacen los autores del artículos son dos cosas. En primer lugar, establecen una forma objetiva de medir la sociabilidad de los individuos. Para ello analizaron las redes sociales de un buen número de adolescentes y contaron el número de veces en que un individuo particular era citado como “amigo cercano”. En segundo lugar, estudiaron estas redes sociales en el contexto genético, esto es, estudiando gemelos idénticos/gemelos no-idénticos. El resultado, no por esperable menos importante, fue que la posición de cada persona en las redes sociales en un carácter genéticamente heredable en buena medida.

¿Cómo pueden los genes determinar nuestro lugar en una red social? Los genes pueden tener una gran influencia sobre el tipo de personalidad y ésta es clave para determinar si estamos en el centro en los bordes del universo social. Este conexión entre genes -> neurotransmisores -> conducta la hemos visto ya varias veces (p.e. Serotonina y control de las emociones y Polimorfismo genético ligado a la aversión al riesgo). De nuevo, no quiere decir esto que con los genes esté todo el pescado vendido. Muy probablemente, si exponemos a un adolescente a experiencias particularmente traumáticas es probable que su personalidad se aleje bastante de un hermano gemelo criado en un ambiente normal.

Algunos científicos le han buscado una explicación “adaptativa” a este fenómeno, según la cual el hecho de estar en el centro de la red tendría ventajas (p.e. mayor cooperación de otros individuos) e inconvenientes (p.e. mayor probabilidad de contraer enfermedades infecciosas). La variabilidad individual que se observa sería el resultado de dichas presiones selectivas. Personalmente no estoy convencido. Un carácter puede manifestar variación individual en una población y ser más o menos “neutral” con respecto a la selección natural.

Nadie duda (entre los biólogos evolutivos) que la selección natural sea una pieza clave, pero no es la única ni lo ve todo. Y desde luego, no podemos invocarla siempre sin pruebas.

9 respuestas a “Nacidos para la fiesta”

  1. Entonces a mí se me fundieron los genes «sociales» porque en cuanto hay una reunión de más de cinco o seis personas ya empiezo a dejar de estar a gusto. Una pregunta…¿es incorrecto usar el término «innato» cuando se trata de comportamiento con base genética? Otra cosilla, hace como 2 semanas cambié el blog de dirección así como el nombre y si tienes un momento me gustaría que actualizaras el blogroll; se llama «Lituma en los Andes» y la dire es http://lituma.blogspot.com/
    Un saludo.

  2. Te preguntaba en mi primer, y no aparecido, comentario si es incorrecto usar el término «innato» para hacer referencia al comportamineto con una fuerte base genética o si por el contrario esta es la palabra que se usa en el ámbito de la etología y de la genética del comportamiento. También te pedía queactualizaras el blogroll puesto que he cambiado el blog y el nombre (Lituma en los Andes)
    Un saludo.

  3. fe de erratas:
    – «ésta es la palabra» en vez de «esta es la palabra».
    – «que actualizaras» en vez de «queactualizaras».
    – «he cambiado la dirección del blog» en vez de «he cambiado el blog»

    Esto demuestra que si se quiere ir deprisa se ha de ir despacio 🙂

  4. A mi la manera de medir la sociabilidad que se emplea en ese estudio me parece bastante burda e inexacta.
    Dejando aparte el que si tu universo es el de participantes en redes sociales de internet no tiene por qué ser representativo de la humanidad en general (ni de los adolescentes en general) y dejando aparte el que ni siquiera tienes constancia de que para ese universo de personas sus resultados en las redes sociales sean iguales que en el resto de su vida social en MundoReal (aunque esto se podría contrastar con otro estudio) tienes el hecho fundamental de que lo que están midiendo es el éxito social, no la sociabilidad del sujeto.
    Lo que hace se parece a lo que se hace en los tradicionales «sociogramas», vieja y clásica herramienta pero que informa sobre la dinámica de un grupo, no sobre la sociabilidad de sus integrantes específicamente.
    Y el éxito social puede tener que ver con las cualidades de sociabilidad de cada uno, pero también con otras cosas, desde el atractivo físico, el atractivo de otro tipo, el liderazgo, la «raza» o religion, la pasta que tengan sus padres, o vete a saber.

    Por otra parte, te doy la razón en que ponerle a todo una etiqueta de «adaptativo» es fácil, pero no prueba nada respecto a que sea cierto. Eso es lo que vengo yo diciendo muchas veces respecto a muchas seudo-explicaciones ad hoc de este tipo.
    La prueba está en que muchas veces se puede hacer el experimento mental de buscarle una «explicación adaptativa» en sentido contrario, y puede sonar igual de convincente (o de poco convicente).
    Por ejemplo: ¿Por qué si somos una especie tan sociable sigue habiendo gente menos sociable? Ah, porque hay una ventaja adaptativa en no ser un cantamañanas tol día de fiesta y siguiendo al líder del momento sin criterio, y concentrarse en cambio en los propios objetivos y las propias tareas. Eso lo vistes con vocabulario adecuado y diseñas un «experimento» con los estudiantes de California más empollones y los más fiesteros y seguramente te sale clavado.

    Saludos

  5. Por cierto, que la comparación entre meliizos y gemelos verdaderos parezca contrastar que se ha dado con una pepita auténtica, no demuestra nada: la belleza, por ejemplo, es demostradamente genética en buena parte, y otras formas de atractivo también pueden serlo. Por poner un ejemplo, dos gemelas verdaderas serán aproximadamente igual de guapas y/o atractivas, y se puede apostar a que tendrán un éxito social parecido porque comparten muchos de los factores de ese éxito (familia incluida), en más medida que los mellizos, que pueden ser muy diferentes.
    En definitiva, te puedes inventar un supuesto carácter genético simple y llamarlo «sociabilidad» o «frumfollo», y ser en realidad un conglomerado de cosas que unas tienen que ver entre sí y otras no, y que en conjunto más bien definen una posición en una red de nodos que otra cosa, como en este caso.

  6. Altruismo social, ahí está la clave.
    ¿Quién organiza la fiesta?
    ¿Quién «se sacrifica» y opta por tener que trabajar y limpiar cuando los invitados se han ido?
    ¿Quién teje la red y selecciona a los invitados?

    Te das y recibes.

    A quien se entrega el grupo termina premiéndolo. A los gorrones el grupo a la larga les va aislando.
    En animales sociales y simbólicos, los humanos, la cooperación es lo que más beneficios reporta, teniendo mucho más peso este plato de la balanza que la probabilidad de contrer infecciones y demás.

    Lo que hace fuerte de la sociabilidad no es la cantidad sino la calidad. La intensidad del mensaje que cada uno emite de manera individual. Que el otro vea que personalizas su atención.

    Una vez más Pablo, mi enhorabuena por los temas que propones

  7. Hola a todos,
    Acabo de volver de un viaje y he estado un tanto despistado del blog.
    Miski, enseguida cambiaré lo que me dices.
    Aloe, estoy de acuerdo en parte. Desde luego, la posición en una red social mide más el éxito que la sociabilidad. No estoy de acuerdo en que los estudios de gemelos idénticos vs mellizos no tengan validez para medir el grado de heredabilidad de un carácter, incluso si el carácter es complejo y depende de varios factores.
    Salu2

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